Los servicios de Inspección Pesquera de la Junta de Andalucía se incautaron de 61.742 kilos de pescado inmaduro durante el pasado año en actuaciones llevadas a cabo principalmente en mercados, carreteras, embarcaciones y lonjas. En un comunicado, la Administración andaluza señaló que la merluza, con 21.754 kilos, fue la especie más intervenida, suponiendo el 35,23 por ciento del total incautado; seguida del boquerón, con 13.520 kilos (21,90% del total); y de la chirla, con 12.134 kilos (19,65%). Durante 2008 también fueron decomisados 6.093 kilos de coquinas (9,87%), 1.520 de pulpo (2,46%), 1.367 de concha fina (2,21%), 1.350 de pargo (2,19%) y 835 de berberecho (1,35%), entre otras especies. El mayor volumen de incautaciones se realizó durante el mes de septiembre, con 12.708 kilos; seguido de abril (8.235 kilos), enero (6.996), febrero (6.793) y marzo (5.485). La provincia andaluza en la que se ha registrado un mayor volumen de decomisos ha sido Sevilla, con 23.876 kilos, que representan el 38,67 por ciento del total; seguida de Málaga, con 13.784 kilos (22,33%); Córdoba, con 6.785 (10,99%); Huelva, con 6.569 (10,64%); Granada, con 3.485 (5,65%); Cádiz, con 3.283 (5,32%); y Almería, con 2.907 (4,71%). En la realización de las incautaciones, los inspectores de la Consejería de Agricultura y Pesca actuaron de forma independiente o en colaboración con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, la Unidad de Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía y los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Como consecuencia de estas actuaciones, los inspectores levantaron 490 actas con decomiso de inmaduros, distribuidas de la siguiente manera: mercados (291 actas), carreteras (93), embarcaciones (56) y lonjas durante la primera venta de los productos (50). La Consejería de Agricultura y Pesca desarrolla numerosas campañas de concienciación y sensibilización social en medios de comunicación y en colegios para sensibilizar a los ciudadanos en general y escolares en particular de la necesidad de garantizar la biodiversidad. Para ello se informa de las tallas mínimas exigibles del pescado para su consumo y la importancia que tiene respetarlas para preservar los recursos pesqueros existentes.