El juicio contra Juan José Asensio García, para el que piden hasta 15 años de prisión por matar en plena calle a Antonio B.C., alias 'El Chino y ex guardaespaldas de su padre, el empresario almeriense asesinado en febrero de 2004, Juan Asensio, ha sido aplazado por tercera vez debido a incompatibilidades en la agenda de uno de los letrados que ejerce la acusación contra el principal encausado en el procedimiento. La vista oral, que debía comenzar hoy, celebrará su primera sesión mañana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial presidida por el magistrado Juan Ruiz Rico pese a que el señalamiento data de febrero de 2008, fecha en que se tuvo que suspender al no comparecer algunos de los testigos y peritos, entre ellos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que participaron en las diligencias e instrucción del crimen. El escrito de calificación del fiscal, que pide un total de 12 años de cárcel, considera al procesado autor de un delito de homicidio según el artículo 138 del Código Penal, por el que pide también la imposición de multa de 120.00 euros en concepto de indemnización a la familia del fallecido. Antonio B.C., que entonces contaba 54 años, moría el 14 de junio de 2004 horas tras recibir tres impactos de bala por parte del acusado, que, según consta como probado para la Fiscalía, le disparó a menos de diez centímetros de distancia y con ánimo de acabar con su vida. El tiroteo se desencadenó en la céntrica Avenida Federico García Lorca de la capital minutos después de que víctima y agresor iniciasen un intercambio de insultos y golpes, en el que se vio implicado un tercero, Roberto L.D., también procesado por estos hechos y para quien el fiscal solicita un año y seis meses de prisión por un delito de lesiones a Juan José Asensio. En concreto, Antonio B.C. circulaba como copiloto en un todoterreno conducido por el otro acusado cuando, al parar a la altura de un semáforo en rojo, se encontraron transitando por la calle con el hijo de su ex empleador, con el que el escrito de calificación reconoce mantenían "discrepancias personales por conductas anteriores". Ambos comenzaron, según continúa el escrito, a insultar con gritos de 'maricona' e 'hijo de puta' al presunto homicida, al tiempo que le mostraban sendas armas de fuego, por lo que presuntamente Juan José Asensio se acercó al jeep por el lado del conductor y golpeó a este en la cabeza con una revista. A continuación, añade la Fiscalía, tras mantener un breve forcejeo por la ventanilla, Roberto L.D se bajó del vehículo y propinó un fuerte puñetazo a Juan José Asensio, a quien, con ayuda de Antonio B.C., introdujo cogido por el cuello en la parte posterior del todoterreno, donde continuaron golpeándolo. Según la Fiscalía, en un momento de la paliza, el procesado consiguió zafarse y, empuñando una pistola con balas de nueve milímetros/parabellum en la recámara, descerrajó al escolta de su padre tres tiros que le alcanzaron, dos de ellos en el costado izquierdo, y un tercero en la región dorsal, lo que afectó al corazón y al pulmón y le causó la muerte en el acto. Juan José Asensio sufrió, asimismo, fractura de suelo orbitario izquierdo con herida de tres centímetros en el párpado inferior y la pérdida de dos dientes incisivos, lesiones para las que precisó asistencia y tratamiento médico durante 21 días y por las que el fiscal solicita de Roberto L.R. una indemnización de 4.000 euros. El hijo de empresario asesinado, cuyo caso se encuentra archivado al no constar autor conocido después de que el Tribunal Constitucional (TC) denegase el pasado noviembre el amparo solicitado por una de sus descendientes, se enfrenta también a una petición de 15 años de prisión por parte de la acusación particular ejercida por el hermano de la víctima, que cifra en 60.000 euros la indemnización sin tener en cuenta lo solicitado por la viuda. La calificación del bufete de abogados 'Luis Romero & asociados' no considera probado que existiese una agresión previa sino una mera discusión durante la que Juan José Asensio habría efectuado los tres disparos contra Antonio B.C. para, después, perseguir por la calle y a punta de pistola a Roberto L.D., quien "gracias a que pudo esconderse y a la rápida intervención de un agente de la Policía Nacional –concluye– pudo salvar su vida". Por su parte, la defensa de éste último –también ejercida por el mismo despacho de abogados– solicita la absolución del delito de lesiones que el fiscal le imputa al discrepar de su relato de hechos y avenirse al contenido del escrito presentado contra el principal procesado.