El letrado que ejerce la defensa de José Antonio G.G., el empresario de Olula de Río (Almería) acusado de la muerte a tiros hace una semana de dos miembros del clan de 'Los Pertolos', va a solicitar a la jueza que instruye las diligencias que cite a declarar a 14 personas, entre ellas el director de la sucursal de una entidad financiera en el municipio, para que atestigüen que estaba siendo víctima de una trama de extorsión desde 1994. Así lo ha avanzado hoy el abogado Juan Marfil, quien, en declaraciones a Europa Press, anunció, asimismo, la interposición de un recurso de reforma ante la Audiencia Provincial contra el auto de prisión dictado el pasado día 20 por la titular del Juzgado de Primera Instancia de Purchena, trámite que ira aparejado a la solicitud para que se alce el secreto decretado sobre las actuaciones ya prácticadas por la Policía Judicial de la Guardia Civil. La relación de testigos recoge la identidad de personas que acreditarían las "continúas amenazas y coacciones" a las que estaba siendo sometido el administrador único de 'Mármoles Ballesta SL', quien, según quieren hacer constar en la causa, habrían abonado, al margen de pagos en efectivo sin "rastro contable", al menos 480.000 euros a los integrantes de este clan de etnia gitana, con un dilatado historial delictivo. Del último desembolso a satisfacer, que tal y como detalló Marfil ascendía a un montante total de 30.000 euros, daría cuenta ante la jueza el director de la sucursal de la citada cooperativa de crédito con la que José Antonio G.G., de 47 años, se habría visto obligado a suscribir un préstamo personal por dicha cantidad. El letrado, que agotará el plazo que se cumple mañana para interponer el recurso de reforma contra el auto de prisión, aseguró, al hilo de esto, no tener la "menor duda" de que las diligencias iniciales practicadas y que recogen las actuaciones apunta a que su patrocinado no actuó de forma "voluntaria" al abrir fuego contra Juan Petronilo R.T. y Juan Petronilo R.F., tío y sobrino, sino preso de un estado de necesidad y en legítima defensa al temer de manera clara por su vida.