Sorin A.F., un joven de 26 años, ha aceptado una pena de 12 años de prisión por agredir sexualmente a cuatro mujeres, a las que abordó cuando se disponían a entrar en los portales de acceso a sus domicilios y a las que sometió a tocamientos y vejaciones mientras les amenazaba con un arma blanca a la altura del cuello. Durante la vista oral celebrada hoy en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, el acusado ha mostrado su conformidad después de que el fiscal decidiese modificar la calificación provisional de los hechos, por la que se interesaba una condena de hasta 27 años de cárcel y la rebajase inicialmente a 16 años por cuatro delitos de agresión sexual, tres de ellos en tentativa, y uno de lesiones. Finalmente, el representante del Ministerio Público, único que ejercía la acusación al haber renunciado las víctimas a personarse en la causa, que quedó vista para sentencia, fijó la pena en un total de 12 años de prisión al aplicar la figura de concurso real, por lo que Sorin A.F., de nacionalidad rumana, comunicó a la sala su anuencia. El acusado, que cuando perpetró los ataques estaba casado y contaba con residencia legal en España además de un trabajo estable, solía actuar en las inmediaciones de la Avenida del Mediterráneo de la capital. Acechaba a las mujeres y las abordaba navaja en mano cuando se disponían a entrar en el portal. Una vez en el interior, les tapaba la boca y les amenazaba de muerte con el arma a la altura del cuello para, después, someterlas a tocamientos aunque, en algunos de los casos de los que hay constancia penal, llegó a quitarles la ropa si bien nunca llegó a consumar penetración. Sorin A.F., que permanece en el centro penitenciario provincial de El Acebuche desde que fue detenido el 18 de marzo de 2008, pudo ser identificado gracias a la descripción del vehículo de su propiedad que facilitó a los agentes de la Policía Nacional una de las víctimas, quien después, una vez localizado por una patrulla rutinario, pudo señalar al conductor como el autor del ataque. El arresto se produjo, sin embargo, cuando el acusado se personó en las dependencias de la Comisaría Provincial para interponer una denuncia por el robo de su NIE y gracias a la orden internacional de busca y captura emitida contra él a través de INTERPOL después de que la mujer le reconociese.