El barrio de los pescaores se volcó ayer con la virgen marinera. La procesión en honor a la virgen del Cramen contó con muchas novedades y con un marcado recuerdo a Don Marino.
Como cada 16 de julio la virgen del Carmen paseó victoriosa por las calles de Pescadería, donde ejerce su patronzago desde tiempos inmemoriales entre los hombres de la mar. A las seis de la tarde la imagen de la Virgen Marinera salía del templo donde reside, bajo la devoción de miles de personas que la aguardaban al grito de “guapa, guapa y guapa”.
Bajo una lluvia de petálos, en lan plaza de San Roque, hubo un baile a cargo de la escuela de flamenco de María La Rabota, y el sacerdote ofreció una plegaria por Don Marino, el cura que hace unos días abandonó para siempre Pescadería.
Después continuo su recorrido, donde llegó al recinto pesquero, y la imagen se embarcó en la nave que la devolvería por apenas una hora a su reino, el de la mar, por el que tantos e muestran su devoción.