Ayer llovía en Almería, esta mañana amanecía lloviendo. Esta es la tónica desde hace cuatro o cinco meses. Mucha lluvia y las tiendas no dan abasto con la demanda de paraguas, chubasqueros o incluso, las antes olvidadas botas de agua.
Durante estos días el tíempo anda loco la lluvia y el viento se han convertido en fieles compañeros del día a día de los almerienses. Las tiendas están haciendo su agosto en lo que a productos relacionados con la lluvia se refiere. Los paraguas han dejado de ser algo extraño en el atuendo diario de los almerienses. Algo parecido ocurre con las botas de agua, antes sólo las usaban los más pequeños pero con este invierno inusual los mayores se están animando.En el caso de las botas para los más pequeños la demanda en estos días es máxima, en muchas tiendas se encuentran agotadas y en otras no tienen pares de muchos números.En definitiva y aunque parezca mentira las botas de agua se han convertido en un objeto de primera necesidad en la antes soleada y seca Almería.