El jueves día 12 de enero el aeropuerto de Almería era un hervidero de militares y familiares que acudían a despedir al mando que marchaba rumbo a Afganistán, donde emprenderán una nueva misión. Se trata de una primera rotación, que pertenece al Tercer tercio de la Brigada de la Legión.
Al caer la noche, caen también las ilusiones de los 200 familiares de los legionarios que se marchan rumbo a Afganistán. Saben que es una misión para reconstruir el país y que el ejército forma parte de su vida, pero en su corazón se queda el hueco por el hijo, la mujer, el padre o la madre que se marcha.Se trata de unos 200 integrantes de la fuerza española en la base militar Álvarez de Sotomayor, que parte para Afganistán, donde emprenderán una nueva misión en este país. Su cohesión y preparación para asumir las misiones que les sean encomendadas han quedado patente en numerosas actuaciones, y una vez más, se marchan al país asiático, para ayudar a su reconstrucción. Una actuación loable, pero que deja sin consuelo a sus familias.Si todo marcha bien, el próximo uno de julio, estos militares volverán a casa con sus familias.