Acabo julio y muchos de ustedes seguro que ya han vuelto al trabajo. Un regreso duro pero parece que este año un poco menos. La crisis nos ha hecho olvidarnos del síndrome postvacacional
Para muchos la llegada de agosto significa el final de las vacaciones. Se acabaron lo días infinitos de playa o el tiempo libre ilimitado. Una vez que se han cargado las pilas toca volver a trabajar y milagrosamente parece que este años nos cuesta muchos menos y es que la crisis económica, los datos del paro y el miedo de perder el empleo hacen que veamos la vuelta al curro como un motivo de alegría. Todo un lujo.Los expertos lo tiene claro el denominado síndrome postvacacional sigue existiendo, sus efectos nos siguen torturando pero ahora lo vemos con mucha más perspectiva.Pues sin duda, parece que no hay mal que por bien no venga y que la crisis nos hace olvidar el antes tan molesto síndrome postvacacional.