La marcha obrera alcanzó la capital de Almería destacando la absoluta normalidad

Un millar de almerienses despidieron ayer tarde a la marcha obrera. Más de mil almerienses se dieron cita en el acto que cerró esta marcha, en La Rambla. Una decena de furgones policiales y gran cantidad de agentes flanquearon la entrada a la capital en una marcha que transcurrió con absoluta normalidad

La normalidad fue la noticia en la jornada en la que la marcha del Sindicato Andaluz de Trabajadores, el paraguas bajo el que se alberga el Sindicato de Obreros del Campo, alcanzaba la capital almeriense en la séptima marcha «Andalucía en pie». Tras hacer noche en el Palacio de los Deportes Infanta Cristina de Roquetas de Mar, unos 150 manifestantes reanudaban ayer su marcha por la mañana y, recorriendo La Puebla de Vícar, El Parador y Aguadulce, encaminaron el Cañarete tras el almuerzo y alcanzaron Bayyana en torno a las cinco y media. No habían dado las seis cuando los caminantes alcanzaban la rotonda de Pescadería.En un pequeño encuentro con los allí presentes, se unieron a la marcha del SAT miembros de otras formaciones y movimientos sociales de Almería. Por ejemplo, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o de Izquierda Unida, Colectivo de Unidad de los Trabajadores – Bloque Andaluz de Izquierdas. Ayer no estuvo presente por enfermedad.La marcha continuó por la calzada interior del Parque de Nicolás Salmerón y a su paso fue incorporando vecinos. Muchos se asomaron a los balcones al escuchar los gritos de los manifestantes, con banderas andaluzas con la cruz roja en el centro y del sindicato así como del Partido Comunista y enseñas republicanas.La ausencia de Sánchez Gordillo, «delicado de salud» según los organizadores de la marcha, elevó a Diego Cañamero, secretario general del SAT a máximo representante del movimiento.La marcha llegó a la plaza de Las Velas pasadas las 19 horas y, tal y como tenía previsto, se organizó un turno de discursos como cierre a la movilización sin que hubiera ningún tipo de altercado. Eso sí, desde el sindicato se trasladó el malestar por el despliegue policial a lo largo de toda la marcha.