El Acuario de Roquetas de Mar tiene un nuevo habitante. Se trata de Juan, una tortuga boba que ha perdido su aleta derecha y la capacidad de volver al mar como consecuencia de la contaminación. A partir de ahora, su historia servirá para concienciar a la sociedad de la importancia de respetar la costa.
Esta tortuga boba llamada Juan le debe su nombre al windsurfista que la salvó de una muerte segura y la entrego malherida a la organización Equinac. Juan tenía un arte de pesca enredado en su aleta derecha y golpes en la cabeza y el caparazón. Su aleta tuvo que ser amputada y las secuelas del accidente han imposibilitado su retorno al mar.Desde ahora en adelante, el Acuario de Roquetas de Mar será el hogar de Juan. Primero, se acomodará a la vida en una pecera de menor dimensión, para adaptarse poco a poco al tanque central. Un espacio de mayores dimensiones donde recibirá luz solar natural.La historia de Juan es un reflejo de los problemas que ocasiona la contaminación en nuestras costas, que destruye los ecosistemas marinos y rompe el equilibro de los seres vivos que habitan en ellos. Un problema que en menos tiempo del que pensamos también nos pasará factura a los humanos.