Septiembre es el mes por excelencia de los coleccionables por fascículos. Entregas que llenan los quioscos y que solo consiguen completar algunos valientes.
Septiembre no solo marca el inicio del curso escolar. Es también, junto con enero, el mes de los buenos propósitos, como empezar una dieta, ir al gimnasio o terminar una colección. Tras el verano, quioscos como el de María Auxiliadora, en la calle Instinción de Los Molinos se llenan de fascículos para hacer tricot, aprender a cocinar o construir un barco con nuestras propias manos.Los top ventas de los quioscos son los cuentos de María Pascual, los cascos de Star Wars, el coleccionable del cuerpo humano o el mundo de los animales. Menos suerte tiene la colección de la II Guerra Mundial, ya que los niños y la nostalgia son los que más ayudan a unas ventas, en descenso año tras año.A veces, las entregas se hacen eternas, lo que cansa al coleccionista, que suele empezar atraído por las ofertas de lanzamiento en los 2 o 3 primeros números. Hasta el final, solo llegarán unos pocos, aunque Teresa asegura orgullosa que en su quiosco se han completado 4 colecciones.Si el nuevo curso, o los numerosos anuncios de televisión, te han metido el gusanillo de los coleccionables, lo tienes muy fácil para leer novela romántica, viajar a la infancia o tener en casa la filmografía de Cantinflas.