La lluvia de estos dos últimos días, han vuelto a dejar otra vez daños en el Poniente y las carreteras provinciales. Una de las incidencias más destacables fueron los desprendimientos de grandes rocas en la vía N-340a
En la madrugada del lunes se registraron en la provincia más de 80 incidencias a consecuencia del temporal. Según el Servicio de Emergencias 112, la mayoría tuvieron lugar en el Poniente, especialmente en los municipios de El Ejido y Berja. No obstante, la incidencia más destacable se produjo en la carretera del Cañarete. El desprendimiento de piedras y rocas de grandes dimensiones sobre la vía N-340a cortaba totalmente el tráfico en la carretera que une la capital con Aguadulce, concretamente, entre el kilómetro 432 y437. El tráfico quedaba desde la noche del domingo desviado por la autovía A-7 y todavía hoy martes se mantendrá el desvío. Si bien las máquinas trabajan desde la noche pasada para retirar las piedras, la dificultad que ofrecen las rocas de mayores dimensiones, hacían imposible que la vía quedara abierta para esta misma mañana, aunque sí se ha abierto un pequeño espacio ?para emergencias? que sí podrían utilizar los vecinos de urbanizaciones como El Palmer, Castel del Rey o Espejo del Mar si se viera la urgencia de pasar por este punto concreto. El desprendimiento de rocas sobre la carretera de la costa no provocó ningún accidente a pesar de la gravedad del incidente. Los turismos que se encontraron con las piedras tuvieron que dar la vuelta y, en el momento, en el que llegó la Guardia Civil, los agentes señalizaron el problema e iniciaron los desvíos por la autovía.Precisamente, tanto Guardia Civil como Subdelegación del Gobierno hacen hincapié en el uso de la autovía hasta que se retiren todas las piedras de la vía.También en la capital, el vendaval de la noche del domingo al lunes dejaba por los suelos ramas y árboles como el que cortaba el carril bici en frente del campus de la UAL en La Cañada o la palmera que caía al suelo en el Parque de la Estación, por ejemplo.En otros municipios de la provincia como Gádor también llovió intensamente, dejando una de las imágenes más esperadas, el cauce del río Andarax con agua, agua que llegaba con menor fuerza ya a la capital por la desembocadura del mismo.La peor parte se la volvió a llevar el Poniente, donde los bomberos tuvieron que atender durante toda la noche incidencias como inundaciones en garajes, salidas de ramblas y el rescate de dos vehículos, uno con cuatro ocupantes y el segundo con sólo el conductor.