El alcalde de Almería, tras el pleno de investidura del pasado sábado, celebró sus dos primeros actos como alcalde acudiendo a la Casa de Nazaret y a una concentración motera benéfica. Inauguró su agenda oficial con dos citas de marcado carácter social.
El alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, inauguró su agenda oficial con dos actos marcados por un claro componente social: la visita a la Casa de Nazaret, situada en el barrio de la Esperanza. No es un centro de acogida cualquiera, es un hogar formado por personas con historias diferentes y complicadas, pero unidas por un nexo común: recuperar la alegría de vivir y sentirse queridos. Las religiosas María Dolores, madre superiora, Beatriz y Almike, de la institución benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, abrían las puertas a Fernández-Pacheco que, acompañado por la concejala de Asuntos Sociales, Pilar Ortega, recorría las instalaciones donde 37 residentes, 19 hombres y 18 mujeres, de todas las razas, religiones o nacionalidades y con edades que van desde los 14 hasta los 90 años, reciben la atención necesaria, pero, sobre todo, el cariño que les ha faltado en la vida gracias a la labor de las tres hermanas y de los más de doscientos voluntarios que, desinteresadamente, acuden a echar una mano.Refugio para quienes más lo necesitan, personas enfermas, que lo han perdido todo o no tienen un lugar adónde ir, la Casa de Nazaret es, un ejemplo para todos. La Casa de Nazaret abrió sus puertas el 16 de abril de 1971 y, según los estatutos de la congregación benéfica del Sagrado Corazón, no puede contar con subvenciones o ayudas periódicas, sino tan sólo de la limosna de particulares. La propia Asociación de Nazaret, que construyó la casa y se la concedió a la orden religiosa con la condición de que la dedicaran a la atención de personas sin recursos, colabora económicamente, pero nunca con algo fijo, sino que cada mes lo que puede.