El entierro de la sardina, indultada por el viento, puso fin a uno de los carnavales más participativos de los últimos años. Almería cerró unos festejos que han respondido a la apuesta del Área de Cultura, Educación y Tradiciones de sacarlos a la calle
A las 12.15 horas partía el cortejo fúnebre desde el Paseo de Almería. Un desfile de pena, que finalizaba en la Playa de las Almadrabillas, donde Juan Antonio Almansa, proclamado dios Momo, hizo las veces de testamentero, en presencia de la concejala responsable del Área de Cultura, Educación y Tradiciones, Ana Martínez Labella, y el presidente de la Federación Municipal de Carnaval de Almería (Femaca), Nicolás Castillo Ortega, así como del pregonero Juan Antonio Barrios y la Diosa y Ninfa del Carnaval, ?Carnaval Veneciano? y ?Alejandría?.Numerosos componentes de las distintas agrupaciones que han participado este año las actividades del Carnaval, así como cientos de curiosos se acercaron para despedir unas fiestas que este año han supuesto sin duda alguna un punto de inflexión, ya que se ha conseguido que este año el Carnaval se viva más en la calle y haciendo que numerosos almerienses vivan de nuevo una fiesta que en Almería tiene ya casi cien años de historia.Por motivos de seguridad la sardina no fue quemada, dado el fuerte viento.Además, este fin de semana el Carnaval de Almería ha mostrado su cara más solidaria. Ayer se realizó un extenso Circuito Solidario con actuaciones de grupos en el Centro de Mayores ?Ballesol?, el Centro Penitenciario ?El Acebuche?, el Centro de Internamiento de Menores ?El Molino?, el Hogar Santa Teresa Jomet o la Asociación Verdiblanca,De igual forma, a media tarde de ayer, los grupos hicieron una pequeña fiesta en el centro Juan Goytisolo a modo de despedida de unas fiestas que este año han vivido un antes y después.