Pasión solemne y elegancia de Desamparados en su cortejo. Hubo un baño de salud y pasión en Oliveros. La Hermandad hizo una emocionante estación con constantes recuerdos a Manuel Casas. Más de 200 nazarenos escoltaron a sus titulares por las calles de la ciudad de Almería
La Hermandad de Nuestro Pdre Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caida y María Santisima de los Desamparados comenzó su andadura por el barrio de Oliveros pasadas las 19:30 horas. Tras la cruz guía una treintena de niños daban paso a un multitudinario tramo de penitentes que pararían en torno a los cuatro ciriales que precedían al Cristo de Oliveros. De manera milimétrica los 35 costaleros que forman la cuadrilla bajaron la rampa de Santa Teresa al son de Medea, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Asunción de Jodar.Cuando el Señor de Pasión levantó y comenzó a andar poco a poco la Virgen de los Desamparados comenzó a moverse buscando el dintel de la iglesia contemporánea de Santa Teresa. Allí el alcade de Almería, Ramón Fernández Pacheco, acompañado por Juanma Moreno, presidente del PP andaluz y los diputados Hernando y Matarí, realizó la primera levantá.Con gran arte y oficio y capitaneados por el famoso capataz Manuel Vicente, la cuadrilla de palio comenzó a bajar por la rampa que le iba a llevar a la calzada de la capital almeriense. A las 19:30 horas, puntualidad británica, la cruz guía se plantaba frente a la calle Genaral Tamayo para pasar por la carrera oficial de la capital almeriense. Bajo el son de la marcha En tus lágrimas Amargura, el paso del Cristo de Salud y Pasión en su Tercera Caida comenzó a entrar en el paseo en el que esperaban todas las autoridades pertinentes, además de diferentes hermandades que se dan cita a diario.Con un precioso andar, siempre muy fina, la Virgen de los Desamparados apareció revirando bajo la marcha La madrugá.Un año queda para volver a ver al Cristo de Pasión con su mirada perdida y a la Virgen María que Desamparada busca cobijo entre las calles de Almería, pero que acompaña a su hijo en el calvario que salvaría a la humanidad.