En su recorrido por las calle Nuestra Señora de las Mercedes, Acosta o Silencio llovieron pétalos de rosas rojas para llegar a la calle Murcia y Plaza de San Sebastián. Como cada año, el recorrido por el casco histórico del Perdón volvió a congregar a cientos de almerienses que quisieron recogerse bajo la luz de las antorchas.
El Colegio de la Sagrada Familia abrió sus puertas un año más para que la Hermandad del Perdón iniciase su Via Crucis Penitencial de Silencio arropado por miles de almerienses que con fervor quieren ver a la imagen con recogimiento y sobriedad. Como ya es habitual, los Esclavos del Bombo marcaban el ritmo de la corporación al que le siguieron un gran cortejo de penitentes que portaban faroles que iluminaban los pasos del Crsito del Perdón. En su recorrido por las calle Nuestra Señora de las Mercedes, Acosta o Silencio llovieron pétalos de rosas rojas para llegar a la calle Murcia y Plaza de San Sebastián. Como cada año, el recorrido por el casco históríco del Perdón volvió a congregar a cientos de almerienses que quisieron recogerse bajo la luz de las antorchas.
Con el sonido de los tambores y los timbales, a las doce y media de la noche el Via Crucis del Perdón entraba en la carrera oficial ofreciendo una imagen espectacular del Santo Cristo del Perdón debido a la cercanía que este año pueden tener los espectadores con la estrechez de las gradas.