Durante el confinamiento aquellos vecinos que cuentan con piscina comunitaria seguro que soñaban con disfrutar de ella llegado el verano. Un sueño que muchos no van a poder cumplir ante los exigentes requisitos de la era COVID-19 y su importante coste económico para la comunidad
Verano tan atípico el que nos espera que incluso muchas comunidades de vecinos ya han decidido no abrir sus piscinas ante los exigentes requisitos marcados por el Gobierno Central. Entre ellos, aforo del 30%, desinfección y limpieza tres veces al día, control exhaustivo de la calidad del agua o, como no, distancia de seguridad entre vecinos.
Unas exigencias que se traducen en un mayor gasto para las comunidades. La apertura de las piscinas puede suponer un incremento de 400 a 1.000 euros mensuales.
También existe gran incertidumbre, qué ocurrirá a partir de julio o agosto, habrá cambios, se relajarán o no las exigencias.
Lo que ya están haciendo algunas comunidades es utilizar aplicaciones para móviles para reserva de espacio en la piscina.
Tradicionalmente las comunidades de vecinos abrían sus piscinas en torno a la fecha de San Juan. A partir de entonces veremos que porcentaje opta por la reapertura.