Almería ha incrementado su tasa de incidencia y, aunque crecen los contagios, disminuye el número de fallecidos, siendo julio el segundo mes de la pandemia con menos víctimas mortales
Almería ha entrado en agosto con la quinta ola de coronavirus en plena expansión. La provincia acumulaba la última semana más de 2.000 positivos dejando a un importante número de municipios en riesgo extremo al superar los 250 casos por cada 100 mil habitantes en 14 días. De hecho, la provincia supera los 500 positivos y los tres distritos sanitarios superan la línea roja, en especial, Almería y su zona metropolitana con más de 600. Unas cifras que no llaman al optimismo y sí a la responsabilidad, así nos lo decían muchos almerienses que recuerdan que aún la COVID-19 no ha acabado.
Algunos ciudadanos echan la culpa a los jóvenes del crecimiento de la tasa de incidencia. Una cifra que, en Almería capital, todavía se sitúa por debajo de los mil casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, otros acusan a los políticos de no haber sabido gestionar la pandemia.
La vacunación sigue avanzando a buen ritmo y, a pesar de que en la quinta ola hay más contagios que en las anteriores, el número de fallecidos ha disminuido. Un dato esperanzador aunque debemos recordar que todavía no hemos vuelto a la normalidad.