En estos días, se han celebrado dos importantes efemérides para el planeta Tierra: el día de la alimentación y el de la sostenibilidad; de ahí que nos hayamos preguntado qué acciones podemos incorporar a nuestra alimentación para hacerla más sostenible para el medio ambiente.
La alimentación, desde su producción hasta que llega a nuestra mesa, es responsable del 26 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. De ahí, la necesidad de que seamos conscientes de la repercusión que tienen nuestros gestos en el medio ambiente y podamos cambiar nuestros hábitos hacia un modelo más saludable y sostenible.
Un tercio de los alimentos que se producen en todo el mundo acaban en la basura, aunque en las zonas industrializadas ese desperdicio puede alcanzar el 40 por ciento. Un despilfarro que afecta directamente al planeta y que podemos evitar con una buena organización de la lista de la compra.
Pero, ¿cómo confeccionamos esos menús para que además de sostenibles para el medio ambiente sean saludables para nuestro organismos?
Aunque podamos pensar que no vamos a conseguir nada de manera individual, no debemos olvidar que en el aprendizaje social está el cambio porque paso a paso es el modo más efectivo de hacer el camino.