El vacunódromo del Palacio de los Juegos Mediterráneo ha vivido sus últimas horas abierto. Tras meses de duro trabajo en plena pandemia, los profesionales sanitarios dejan atrás una de las experiencias laborales más intensas de sus vidas
Cierra sus puertas como vacunódromo el Palacio de los Juegos Mediterráneos. Casi dos años en los que nos hemos acostumbrado a las colas y, sobre todo, a los pinchazos.
Nada tiene que ver las imágenes de hace unos meses con gente esperando a pie o en coche para recibir su dosis de la vacuna de la Covid 19 con el vacío casi absoluto del último día.
Último día de sentimientos encontrados para el personal que ha vacunado a la gran mayoría de la problación de la capital almeriense.
Siempre les quedará el recuerdo de los vivido. Meses de pandemia, de incertidumbre, de horas y horas de trabajo y miles de anécdotas.
Para Ana y Álvaro y el resto de profesionales que han hecho posible este vacunódromoo empieza una nueva etapa laboral. Muchas gracias por vuestro trabajo.