El Colegio de Economistas de Almería confirma a través de su barómetro semestral que 2022 ha sido un año marcado por la incertidumbre. Un ejercicio que ahora podemos decir claramente fue mejor de lo esperado
El barómetro de Colegio de Economistas de Almería del segundo semestre de 2022 confirma que ha sido un año marcado por la incertidumbre pero cuyo balance ha sido mejor de lo esperado.
La guerra en Ucrania, la galopante inflación o la subida de los tipos de interés ha ralentizado nuestro crecimiento pero no tanto. Una vez más la agricultura, sobre todo, y la piedra natural han sido los sectores motores de nuestra economía. El turismo casi ha vuelto a los datos prepandemia pero sigue lastrado por la estacionalidad y los endémicos problemas de comunicaciones.
Un informe que también llama la atención sobre la alta presión fiscal que soportan empresas y particulares.
En cuanto a las previsiones para este 2023 sigue la incertidumbre y por lo tanto nadie se aventura a pronosticar.
Lo que también nos dejan claro los economistas almerienses es la necesidad imperiosa de una subida de salarios para hacer frente a la inflación y a la subida de los tipos de interés. Una subida que para David Uclés debería de calendarizarse para minimizar los daños a las empresas.
Un último dato, los economistas por tercer estudio consecutivo consideran que el coste de la energía es el factor más determinante que condiciona la competitividad de nuestras empresas.