En Almería, existen 352 menores tutelados y 92 de ellos son menores de trece años. En estas edades tan vulnerables, las familias de acogida juegan un papel fundamental porque ofrecen el calor de un hogar y el afecto que estos niños necesitan.
A ser familia de acogida se llega por casualidad. Eso sí, todas coinciden en que se convierte en un vínculo del que no te quieres despegar. Es el caso de Francisco, Antonio y sus familias.
En la provincia de Almería hay 352 menores tutelados y 92 de ellos son menores de trece años. Edades muy vulnerables en las que juega un papel clave el acogimiento. Un programa al que acogerse en tres modalidades. La vía urgente suele centrarse en niños de muy corta y se mantiene un máximo de seis meses.
Por las casas de Francisco y Antonio han pasado catorce y veinte niños respectivamente. Y aún siguen en activo.
Un proceso en el que no están solos, los acompaña permanente el Servicio de Protección del Menor y el programa de acogimiento familiar de Cruz Roja, y que enriquece a todos los miembros del hogar.
Y que tiene un beneficio incalculable para unos niños que solo necesitan alegría, cariño y estabilidad.
Muchas familias se interesan anualmente por este programa de acogimiento. Sin embargo, el freno principal viene al pensar en la hora de decir adiós.
Ante la duda, estas familias acogedoras, recomiendan tirar hacia adelante y probar, aunque solo sea una vez.
Porque al final todo se resume en eso: en ayudar a los niños a crecer como los niños que son.