Sacar adelante un pequeño comercio no es tarea sencilla, y menos aún en los tiempos que corren, donde lo digital y las grandes multinacionales suponen una competencia feroz. Por eso, hoy celebramos los seis años de vida de uno de esos lugares que hacen mejor nuestra ciudad.
Los negocios pequeños son los que crean ciudad, pero no es fácil levantar la persiana y mantenerse año tras año. En Serendipia están de enhorabuena porque el sueño de Luis y Dánae se mantiene arriba seis años después.
Y, como no, gracias a la legión de fieles clientes que arropan a Serendipia en este camino, que no está exento de pequeñas luchas diarias.
La clave del éxito de esta pequeña juguetería enclavada en plena Rambla de Almería está quizás en la pasión y la magia que inunda cada rincón de la tienda.
La historia de Serendipia demuestra que no siempre el pez grande se come al chico y que el pequeño comercio puede aferrarse a valores que no se encuentran en otros lugares.
Aunque ellos también tienen su tienda digital con la que han llevado juguetes hasta la recóndita Suecia y en tan solo unas horas consiguen que sonrían clientes de Palencia, Baleares o Navarra. No hay fronteras para el equipo de Serendipia. Un sueño de Luis, del que se contagió Dánae y que ahora se ha convertido en una pequeña familia de cinco personas que sigue soñando muy fuerte.
Una serendipia es un hallazgo valioso al que se llega por casualidad. Sin embargo, no es casualidad lo que hay detrás de este cumpleaños. Mucho trabajo, tesón y cariño para echar raíces en nuestra ciudad.