Tras 2 meses de aprendizaje los alumnos, invidentes o con baja visión, han aprendido a desenvolverse entre fogones y cazuelas.
16 personas invidentes o con baja visión han celebrado la fiesta final de un taller de cocina que durante más de 2 meses les ha enseñado el arte de los fogones. La ONCE les ha brindado la posibilidad de retomar un viejo hábito que habían abandonado por miedo, y en otros casos, ha enseñado a noveles que nunca habían aprendido.
Ahora todos ellos pueden valerse por sí mismos con las cazuelas y las sartenes, por necesidad o por afición.
Los alumnos han mostrado hoy todo lo aprendido y han cocinado para sus profesores. El menú: fidebuá, cebolla caramelizada y espuma de frutas.