Cerrada la campaña agrícola, hay que sentarse y analizar los resultados. Crece la producción, pero caen los precios en origen, aunque, curiosamente, eso no se ha notado en el bolsillo del consumidor.
Con el campo ya preparando la nueva campaña, toca hacer balance del año agrícola. Una campaña larga, ya que comenzó muy temprano, en el mismo septiembre, con un punto de inflexión en el mes de enero, cuando los precios cayeron en picado.
Malas noticias para el campo almeriense, especialmente para los cultivos de tomate que han sido los menos rentables. La producción de primavera, melón y sandía, aunque puede salvar los muebles, también ha sufrido los bajos precios en sus inicios.
Un problema el de los precios que también nos afecta a los consumidores, porque baja la rentabilidad para los agricultores, mientras que los clientes pagamos más por los productos agrícolas.
Desde COAG piden más control de los organismos reguladores para evitar estas situaciones. Tampoco ayudan las virosis, especialmente el rugoso en tomate y el spotter en pimiento. Para el próximo año agrícola, la sequía se postula como uno de los principales riesgos.
Ya se trabaja con Agricultura para evitar situaciones de riesgo y, sobre todo, se pide a los agricultores que mantengan las balsas llenas este mes de julio.