Las escuelas de verano son una alternativa que facilita la conciliación familiar en plenas vacaciones. En el Espacio Alma, cinco entidades del tercer sector organizan sus propios campamentos estivales para facilitar a sus usuarios una atención profesional en estos meses.
La conciliación familiar es todo un reto en verano. Por eso, el Espacio Alma acoge durante esta temporada hasta cinco escuelas estivales en las que participan un centenar de niños, que disfrutan así de las vacaciones mientras sus padres trabajan.
Son escuelas abiertas a niños con y sin discapacidad, organizadas desde las distintas asociaciones del tercer sector que trabajan en el Espacio Alma. Es el caso de Astea, que destina sus esfuerzos a la atención de niños con autismo, al igual que Asperger abre su escuela en verano para menores con este síndrome y otros trastornos del espectro autista. Además, Arenas de Mónsul se centra en la rehabilitación infantil; ANDA ofrece su campamento estival a menores con discapacidad y la FAAM organiza una escuela de verano para ofrecer un respiro a las familias con hijos con necesidades educativas especiales.