Unas 50.000 personas presenciaron la cabalgata de Reyes. Sus Majestades regresaron un año más a Almería cargados de regalos. Los animales y las compañias de teatro fueron las animaciones más aplaudidas por niños y mayores
A los pies de la Alcazaba se percibía la emoción a medida que se acercaba la hora prevista. Todos los ojos estaban puestos en la Puerta de la Justicia, esperando que aparecieran los Reyes Magos para subirse en los dromedarios que aguardaban pacientes a sus regios jinetes.Los más intrépidos habían trepado a las peñas sobre las que se asientan las murallas como si fueran a asaltarlas, en busca de una perspectiva más amplia.El cortejo se dirigió entonces hasta la Plaza de la Constitución. Les esperaba el alcalde, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, el obispo Adolfo González y el concejal de fiestas Mayores, Juan José Alonso. Todos querían verlos de cerca en el recorrido que les llevó hasta el edificio consistorial.Desde el Anfiteatro de la Rambla, donde se inició la gran Cabalgata, fueron desfilando por Obispo Orberá y por el Paseo divertidas carrozas de brillantes colores e inspiradas en personajes populares infantiles como Pocoyó, Piratas del Caribe, Pingüinos de Madagascar, superhéroes, la fábrica de caramelos y la del carbón para los que se han portado mal. Todas sorprendieron sin parar a los más pequeños de la ciudad.Dos bandas de música amenizaban la fiesta con canciones navideñas y piezas de dibujos animados que rápidamente reconocían los niños. La Banda Municipal de Almería fue la encargada de abrir el desfile a ritmo de villancicos.Hasta nueve mil kilos de caramelos repartieron anoche los Reyes Magos de Oriente y la comitiva real que formaba la Cabalgata de la capital. Este año, un poco más austeros que el anterior, lanzaron dulces azucarados de goma para evitar que las ansiadas golosinas pudieran hacer daño al público que les esperaba ilusionado.Figuras gigantes, artefactos sorprendentes, zancudos, aves rapaces, camellos, ocas, pirotecnia, música en directo, más de 400 participantes entre figurantes, comitiva, actores, músicos y seguridad (que veló en todo momento por el buen funcionamiento del evento y para que no se produjera ningún incidente), componían la gran Cabalgata de Almería. Y en definitiva, todo tipo de elementos fantásticos hicieron de la víspera de Reyes una tarde-noche llena de magia, que transmitió a mayores y pequeños del espíritu de una de las fechas más señaladas en el calendario.