La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 54 años, feriante en la zona de Extremadura y Castilla-La Mancha, como presunto autor de seis delitos de estafa cometidos en Cantabria y Andalucía y en los que, a través de los conocidos timos de 'la estampita' y 'el tocomocho', estafó un total de 93.680 euros. En concreto, a A.C.D. se le acusa de estafar 41.900 euros con cuatro timos de 'la estampita' –cuatro en Santander y dos en Málaga– y 51.780 euros con el timo de 'el tocomocho' –uno en Almería y dos en Santander, aunque uno de estos últimos casos fue en grado de tentativa, ya que la víctima no consiguió reunir el dinero–. Según informaron hoy fuentes policiales, las estafas se llevaron a cabo entre abril de 2008 y enero de este año. La detención de A.C.D. se produjo el pasado día 9, sobre las 11.30 horas, cuando fue localizado en la zona de Cuatro Caminos, en la capital cántabra, junto a su hijo, A.C.L., de 29 años. Ambos habían sido identificados por seis mujeres de Santander a las que engañaron entre abril y julio de 2008. Las víctimas, de edad avanzada, eran abordadas en la vía pública por una persona que simulaba ser disminuido psíquico y que les enseñaba una bolsa llena de billetes, "estampitas" que decía haberse encontrado o que tenía que dar a unas monjas. Entonces se acercaba otra persona, que convence a la víctima del timo de que, entre los dos, le compren la bolsa al presunto discapacitado. El 'gancho' dice ir al banco, incita a la otra persona a hacer lo mismo, y vuelve con el dinero. En este caso, llegaron a ir a su casa a recoger joyas además del dinero. Cuando lo tienen todo, proceden a hacer el cambio por otra bolsa, que en realidad sólo tiene papeles. Entonces, se separan un momento, luego convencen a la víctima de que le compre un bocadillo al disminuido y, cuando vuelve, se queda sólo con la bolsa de recortes. En cuanto al 'tocomocho', se acercaban a la víctima con billetes de lotería o cupones premiados, y le pregunta dónde puede cobrarlos. Al no conocer la ciudad o tener mucha prisa porque sale de viaje, se muestra dispuesto a venderlo por una cantidad inferior al premio que tienen. Entonces, aparece otro transeúnte, que actúa como 'gancho', que muestra interés y propone conseguir una lista de premios para comprobarlo. Al confirmarlo, le propone a la víctima que los compre a medias. Al igual que en la 'estampita', dejan solo con los cupones al estafado, que se entera en la ventanilla de la administración de lotería de que en realidad son falsos.