El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) ha remitido al Departamento de Energía de EEUU el resultado de la caracterización radiológica de un total de 40 hectáreas de subsuelo en la pedanía de Palomares (Cuevas del Almanzora, Almería) y ha concluido que no hay "en absoluto" contaminación en superficie donde en 1966 cayeron de forma accidental cuatro bombas atómicas procedentes de un B52 de la US Air Force. Así lo avanzó en declaraciones a los periodistas en Almería el director del organismo, Juan Antonio Rubio, quien reveló que el informe, que obra también en poder de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), con sede en Viena (Austria), apunta "partículas muy pequeñas" en las capas más profundas de los terrenos analizados en virtud del convenio suscrito en 2006 por los gobierno español y estadounidense, a los que compete proceder a la "limpieza y recuperación medioambiental" de la zona. Los resultados, remitidos el pasado mes de septiembre y que, según auguró, permitirían que en "breve" se puedan acabar las citadas labores de limpieza, corresponden a la segunda fase del proyecto 'Índalo' que, en diciembre de 2007, finalizó con éxito la planimetría con caracterización radiológica extensiva y detallada del suelo superficial en Palomares con un registro de más de 300.000 datos radiológicos "georreferenciados" que contenían la medición de las tasas de dosis en contacto y a un metro de altura. Fue a través de este trabajo de vigilancia radiológica sobre, inicialmente, un total de nueve hectáreas de terreno, que se ampliaron en 30 hectáreas más por orden de Consejo de Ministros dos meses antes de iniciarse esta segunda fase, cómo se localizaron los dos nichos alrededor de 1.000 metros cúbicos de capacidad con los residuos dejados por el ejercito norteamericano en 1966 y que figuraban en los documentos clasificados por el Departamento de Energía. A través la inspección por georradar del subsuelo y espectros "gamma in situ" con detectores Fidler en más de 580 puntos, se recogieron más de 1.700 muestras inalteradas de suelo que fueron procesadas en las instalaciones del órgano en la pedanía cuevana de Palomares con el cambiador de muestras, de las que proceden los resultados remitidos tanto a EEUU como a la IAEA. En 2006, el Ciemat recibió el encargo para implementar un Plan de Investigación Medioambiental de vigilancia radiológica tras la expropiación del citado terreno y la firma de convenio entre el Gobierno español y el Departamento de Energía de Estados Unidos. El mismo órgano realiza desde hace 43 años la supervisión continua de las personas y del medio ambiente en toda la zona mediante exámenes médicos y dosimetría interna por bioeliminación de la población y controles de muestras ambientales de todo tipo, que han arrojado valores en un rango de normalidad y que no suponen riesgo radiológico significativo. El 17 de enero de 1996 cuatro bombas atómicas de la US Air Force de EEUU caían de forma accidental sobre la pedanía de Palomares (Cuevas de Almanzora, Almería), una de ellas en el mar. Otras dos, tras desprenderse del B52 debido a un choque con un avión nodriza que causó tres muertos, explosionaron su carga convencional y provocaron que material radiactivo se esparciera por un área que alcanzó la vecina pedanía cuevana de Villaricos.