Se ha demostrado que esta práctica aporta a estas personas muchos beneficios tanto física como emocionalmente.
Un grupo de 15 personas con discapacidad física grave están participan en un original taller de yoga adaptado que ha puesto en marcha la FAAM. El objetivo de estas clases que imparte un monitor especializado bajo la supervisión de la fisioterapeuta y de la psicóloga del centro es conseguir mejorar la calidad de vida desde el punto de vista físico y emocional a través de esta práctica. Una actividad que se llevará a cabo durante los dos próximos meses en la Unidad de Gravemente Afectados, que la FAAM tiene en el casco histórico de la capital.