Para algunos pequeños locales de barrio, lo que comenzó siendo un acto solidario se ha transformado en un insospechado nuevo modelo de negocio
La mascarilla se ha convertido en un complemento más de nuestro atuendo diario. De diferentes tamaños, modelos, colores y diseños, podemos ver a los almerienses lucirlas como una prenda más. No obstante, en la época del confinamiento, cuando estas escaseaban, hubo personas que dedicaron su tiempo a ayudar a los demás.
Situación que, con el tiempo y con el final de la cuarentena, ha desembocado en un insospechado nuevo modelo de negocio.
Pequeños héros poco reconocidos que también se merecen su propio aplauso.