El Cautivo, con sus fieles por las calles de Almería en su 75 aniversario. Durante la semana se celebró Triduo y Solemne Pontifical, presidido por el Obispo y con la Alcaldesa. La Asociación ‘Virgen de los Reyes’ acompañó al Medinaceli en su procesión
A la hora de salida (18.45 h) Almería entera rezaba para que cesara la lluvias que había empezado media hora antes y pudiese salir a la calle la procesión extraordinaria de Jesús Cautivo de Medinaceli de su 75 aniversario. La A.M. Virgen de los Reyes llegó al templo catedralicio bajo un aguacero. El Cristo de Medinaceli esperaba en la interior, ataviado con túnica bordada en terciopelo morado, potencias de plata, escapulario bordado en oro y sedas y fiador de La Victoria, joyas donados por su cuadrilla. El Prendimiento tuvo que retrasar hasta las 20 horas la salida extraordinaria de Jesús Cautivo de Medinaceli -conocido popularmente como ‘El Señor de Almería’- en conmemoración del 75 aniversario de la fundación de la Real e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, Jesús Cautivo de Medinaceli y Nuestra Señora de la Merced. A las 8,10 de la tarde se obró el milagro: ya no llovía; y la procesión salió a unas calles de Almería absolutamente abarrotadas de gente, cual si de un Miércoles Santo se tratase. Los hermanos abandonaron el templo y las campanas de la Catedral sonaron durante 7 minutos para dar la bienvenida al Cautivo a las calles de Almería, que caminaba bajo los sones de Al Rey de Reyes, interpretada por la asociacion muscial Virgen de los Reyes de Sevilla.
Una alfombra de sal en la plaza de la Catedral, una petalá desde la Casa Sacerdotal, varias tracas a lo largo del itinerario y, en líneas generales, muchisima gente dispuestoa a vivir una jornada inolvidable en el centro de Almería.
El Cautivo fue más allá del centro histórico de la ciudad, llegando entrar en la iglesia parroquial de San Sebastián, volviendo a los orígenes del actual Prendimiento. El sábado fue histórico. El Cautivo, escoltado por la Legión, volvió a la Catedral. Detrás quedaron las huellas de una salida extraordinaria.