Alertan del efecto rebote de las dietas severas y la exposición a lesiones al comenzar la práctica deportiva de forma brusca.
Tras los excesos nutricionales de la Navidad llega la calma pero también la culpabilidad. Las comidas copiosas, la falta de ejercicio y un exceso del consumo en general han hecho estragos que la cuesta de enero quiere compensar. Sin embargo los especialistas alertan de que no sirven las dietas restrictivas.
No se trata de reducir peso de forma inmediata sino de cambiar los hábitos paulatinamente. Aconsejan adquirir hábitos saludables y conseguir bajar el peso y mejorar la salud, pero no desde el sufrimiento.
Tampoco es una solución comenzar a hacer deporte de forma brusca sin tener en cuenta nuestras limitacciones.
Lo ideal: mantener hábitos saludables a lo largo del tiempo sin prohibiciones ni medidas drásticas, y no confiar ciegamente en unos pocos alimentos por sus propiedades. El secreto está en el equilibrio y en ir variando los alimentos frescos según sea su temporada de producción.